sábado, 19 de mayo de 2007

La Ciudad de Buenos Aires mas cerca de su autonomía

Uno de los debates mas profundos que se está produciendo en la Ciudad, y que en gran medida el tema instalado en la campaña por casi todos los candidatos, es la cuestión de la autonomía de la Ciudad. Se está anunciando también una reforma de la ley 24.588, mas conocida como ley cafiero, que limitó particularmente la autonomía jurisdiccional y de las fuerzas de seguridad. La cuestión de la autonomía jurisdiccional es una de las exigencias mas razonables, ya que está prevista en el art. 129 de la CN y casi todos los fueron siguen siendo nacionales.
Sin embargo no debe confundirse el plano de la discusión. Mientras para algunos es visto como un anhelo, como una meta a llegar en el marco de un proceso ordenado y coordinado con la Nación, para otros es una especie de deuda que hay que pagar como si no dependiera también de los propios actores locales.
Todo el proceso de desarrollo de la autonomía se vio interrumpido por problemas propios de la política local, se crearon instituciones que a diez años de la constitución de la Ciudad, no terminan de desarrollarse. En ese marco, a quienes exigen "autonomía ya" como un slogan, como si se pudiera transformar realidades culturales por plebiscito. Las instituciones locales también deberían contribuir a esa autonomía deseada, demostrando un desarrollo que permita una proyección mas amplia.
La Ciudad de Buenos Aires es según la doctrina mas difundida, una provincia más, en términos de organización, sin embargo, mientras sea sede del Estado nacional hay pautas comunes que se deben manejar.
Porque sino se puede caer facilmente en una especie de retroceso a la época de la separación de la Confederación, la autonomía no debe ser una imposición, una disputa permanente. No puede plantearse el proceso de autonomía como una batalla que se está librando por la independencia de un territorio, porque no es tal.
De acuedo a la Constitución, la Ciudad tiene un status particular, no es exactamente una provincia, tampoco es un municipio, sino que es una nueva categoría, una Ciudad Autónoma, con un régimen de gobierno propio, con elección de su Jefe de Gobierno y sus legisladores (también en el Congreso de la Nación) con su poder judicial(limitado por la conocida ley Cafiero) y una Constitución que regula su funcionamiento, sancionado en 1996. Pero sucede que se ha instalado aquí una especie de exigencia de devolver la ciudad a los porteños, como si alguien se la hubiera quitado luego de una batalla campal, no olvidarse que por estos pagos nunca falta quien la ve como una inagotable fuente de recursos.
Por eso creo que si bien la Ciudad tiene un carácter autónomo que se debe ir asumiendo, no es desde el lugar de la exigencia, sino respetando los intereses de todas las provincias en el territorio que es sede del Estado nacional.